Yessica Orellana
Yessica Orellana dejó atrás a su familia y carrera cuando se mudó con su esposo a los Estados Unidos. No estaba familiarizada con el idioma Ingés y eso la hacía sentír incapaz de usar su título. Yessica se sentía como un pájaro enjaulado con las alas cortadas. Ella estaba luchando por adaptarse cuando tuvo a su hijo Benjamin.
Benjamin tenía nueve meses cuando Yessica comenzó el programa PCEP, y como muchas madres primerizas, se sintió perdida. Sus padres habían inculcado la importancia de la fe en el hogar, y PCEP proporcionó una comprensión del papel vital de los padres para guiar, apoyar y nutrir el bienestar de sus hijos. Yessica también se enteró de que no tenía que dejar al lado sus sueños como madre. Descubrió su pasión por la educación de la primera infancia y se sintió empoderada y renovada en su ambición profesional. Por abrir sus ojos a un mundo de oportunidades, Yessica llama a AVANCE la “llave que Dios usó para abrir mi jaula.”
Más tarde dejó su puesto por razones familiares, pero continuó trabajando con AVANCE como contratista, manteniendo vivos sus sueños. Eventualmente, regresó y ahora es entrenadora de PCEP para la Oficina Nacional de AVANCE.
Yessica también aplicó todo lo que aprendió para establecer una base para su hijo que él ha construido para sobresalir académicamente. La curiosidad y el amor de Benjamin por la lectura lo mantienen un paso por delante en clase, y su rendimiento académico le ha valido la aceptación en una prestigiosa escuela magnética para el próximo año. A pesar de su corta edad, Benjamin ya sabe que quiere trabajar con animales, y aprovecha todas las oportunidades para aprender, desde visitas al zoológico hasta documentales.
La resistencia y la devoción de Yessica han ayudado a su familia a prosperar, y tiene mucho de que estar orgullosa. Reflexionando sobre su viaje, ella proclama con confianza: “Hoy, puedo decir que he dejado mi jaula dorada, y mis alas han crecido, y he volado alto para seguir luchando por mis sueños y los de mi familia.”